Érase una hormiguita que miraba el mundo para arriba
y a veces se perdía, porque sus antenitas no daban para tanto.
Pero era muy trabajadora y constante... y recorría su hormiguero y alrededores buscando comida.
Le gustaba comer hojitas y miguitas de pan, pero no podía tanto para guardarlas para el invierno
Le hubiese gustado conocer otros lugares del mundo, viajar y seguir recorriendo
Y ese invierno trabajó y trabajó para su hormiguero, y fugazmente sintió algo parecido a la felicidad
sólo que... luego murió por agotamiento.
Moraleja: Hay que trabajar, pero no olvidarse de que hay más cosas por qué vivir
PS: Era azul porque, bueno, me gusta el azul frío
linda historia, lindo blog :]
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