miércoles, 21 de diciembre de 2011

Camila y el mundo

A veces uno no quiere nada con el mundo.
A veces el mundo no quiere nada con uno.

Creo que para que se restablezca la comunicación,
uno debe dejar el orgullo de lado, escupirlo,
y alejarse de la soberbia que nos puede invadir si la dejamos.

Siempre he creído que soy fuerte.
Pero la debilidad me golpea a la cara de cuando en vez,
como si sus olas se acercaran y alejaran y luego volvieran
y arremetieran contra mis costas o límites mentales con fuerza.

Los límites me los doy yo, pero no soy lo suficientemente arrogante
como para creer que todo lo puedo yo solita sin ayuda alguna.

Y eso ya es un paso grande
Necesito del resto, aunque ya no dependo de él.
Y eso, nuevamente, está bien.

De a poquito queda menos camino que recorrer,
pero para eso se necesita avanzar y no retroceder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Diga nada más lo que quiera =)