miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Qué es lo que quisiera?


Un complemento, un cómplice.
Un amante natural, fluido, refrescante…

Un alguien libre que me libere de mí, de mis aprensiones, de mis no quereres.
Que me enseñe a dejar que me conquisten, sin rechazarlo de plano antes de darle una oportunidad… y que no importe que sea menor que yo.

Que aparezca de pronto, sin aviso previo y se robe mi atención con ganas de hacerlo.

Que me busque cuando menos me lo espere y me sorprenda con detalles también inesperados, como un beso fugaz de regalo, o una carta aunque fuere en un pedacito pequeño de papel y que fuera de dos palabras.

O que me escriba una carta sólo por preguntarme cómo me estoy sintiendo y para hablar de la vida, ser digna de su puño y letra. Conocernos por esta vía.

Que me conquiste así, de a poquito, para que no lo note; y también que se la juegue por llamar mi atención y conservarla. Que me corteje como lo hacen los machos a sus hembras en la naturaleza, y no que tenga que ser a la inversa como siempre.

Quiero enamorarme de la primera persona que me haga sentir linda (pero que no tenga que decirlo con palabras) y que haga lo posible para demostrarme que le soy suficiente, que no necesita a alguien más. Que no sea cómodo esperando que me desgaste por parecerle atractiva sin que lo note.

Que me haga sentir… que no se me apague.

Que me acompañe a vivir y no se aburra de darme besitos en el cuello.
Que me apañe en mis locuras y me tenga paciencia… sobretodo paciencia.

Pero los quereres nunca son como se quieren.
Porque se quieren y al exteriorizarse ya no se quieren de la misma manera.

Las Camilas satisfechas son una especie en peligro de extinción.
Qué triste constatación. Aunque liviana y pobre constatación.

Camilas en peligro inminente de ahogo, de desquererización.
Porque siempre tienen muchos quereres.
Porque cuando están realmente satisfechas, le hacen caer del cielo para morder la tierra.

Porque son mensas y se rehúsan a creer que no se puede llegar a esa estabilidad que es necesaria… confiar como en un comienzo, creerle al silencio.

Sentirse satisfecho, con el cómplice perfecto.

2 comentarios:

  1. Puxas... yo quiero lo mismo! Y suele pasarme que me enamoro de quien me preste atención y pareciese que quiere compartir conmigo para después mandarme el medio golpe y ver que no es así o creer con todo que no es así...

    Estoy harta de sentirme a medias por no tener el amante- complemento... a la xuxa con él!

    A veces me doy por vencida :( Y hoy es ese a veces

    Un ánimo para las dos

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Diga nada más lo que quiera =)