jueves, 23 de diciembre de 2010

Banalidades


Me he vuelto adicta a las tostadas (de esas bien crujientes y doradas) con mantequilla y mermelada de durazno.

También me he vuelto adicta a los huevos revueltos con orégano y sin sal. Pero “fritos” con mantequilla.

Y al ajo, todo a lo que puedo echarle, va con ajo.
Y a rallar manzanas y comérmela así, o con yogurt.

El cocinar definitivamente nunca ha sido mi fuerte.
Pero no porque no tenga dedos para el piano, sino que porque nunca me he dedicado a ello. Y como la mayoría del mundo cercano me cocina, nunca he estado en la real posición de tener que cocinar. Sé que es una excusa barata, porque igualmente podría hacerlo, pero he preferido invertir tiempo en otras cosas, como en el escribir este tipo de cosas o mirar el techo o jugar por ahí y por allá o atender deberes desatendidos.

¿Pero, sabés? Es lindo cocinarle a quien quieres.
Creo que es una manifestación inmensa de cariño, al menos en mi caso si le cocino a alguien, aunque fueren un par de tallarines o arroz pegoteado y sin sal, es EL esfuerzo, dada mis características culinarias ordinarias. O sea, el comer es un placer que no te puedo explicar, pero el dedicarse a preparar la comida no todos pueden decir que es su fuerte. Como yo.

Igual es práctica y ponerle empeño.

Ahora como, pero nada de lo ya dicho.
Y beberé (por fin) la cerveza ésa, la Monroe, la rubia, de más grados alcohólicos de los que debiera, pero que se agradece por estos días tan melancólicos y que me hacen mal sin la excusa perfecta. Y ésta es una buena excusa, día de días.

A veces me siento tan mal por cosas que no debiera. Cuasi-ajenas.
Pero, ¿quién sabe siempre las cosas que debieran y las que no?

Ay, yo no lloro sobre la leche derramada, pero no por el sólo decirlo, como principio, sino porque me hastía limpiarla. (Siempre derramo muchas cosas, las cosas me atacan todo el tiempo, por eso). Es mucho para una simple mortal que escapa de la realidad, pero que sabe que algún día tendrá que enfrentarla de una vez por todas. Y nunca he sido buena para la leche. Ni para decidir si seguir o desistir.

Voy para adelante, porque para atrás no rinde.
Maní con merquén.

Amén con maní, aunque no me guste.-

2 comentarios:

  1. es lo mejor cocinarle a alguien que quieres, da lo mismo como tu dices si queda pegajosito, lo importante es la atención y crear algo para él !!
    te quiero muchooo mi chiquita linda

    y acepto tomarme un té en tu laberinto, para que vengas despues a mi habitación !! pero despues de 27 jaja por cosas academicas

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  2. ;)

    Ya, entre laberintos y habitaciones, vamos a ser ainmensamente felices!! Obvio, puede ser el mismo 27... Te quiero!!

    Un Abrazo de Zoon para ti :)

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