Seis minutos y fracción, casi siete.
No sé para qué hago estas cosas. Inventar juegos que después no respeto.
Esperar y esperar, eterna constante. Desesperar también.
Ir y venir otra vez, no saber dónde permanecer.
O si debo permanecer.
Y todo cae por su peso.
Gravitante gravitación.
Quiero dibujar.
Así, con ganas. Pero no salen trazos de ésta mi mano.
Creo que no soy capaz de amar, del amor en que creo. Mierda
Siempre estoy pensando en ser digna de amor, y no sólo en amar sin preguntas, sin esperar a que me amen a su vez.
¿Será que así debe ser para mí?
¿Será que soy poco conformista? ¿O muy egoísta?
(Tal vez malagradecida)
¿Será que no soy digna de amor en verdad?
(Vamos, todos somos dignos, ¿no?)
Es como si me gustara no serlo, es extraño.
Porque siempre voy rehuyendo
Voy escapando de que me quieran…
Me asusta que me quieran
Quiero querer. Es distinto.
Ay, los mundos paralelos.
* Dos meses más tarde: Me la juego y ya. A apostar se ha dicho.
Amén.-
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